Pienso

         

          Salgo a pasear con mi perra Luna. Ella orina quince o más veces en los dos kilómetros que hacemos. Hace lo mismo que Hänsel, un rastro para volver a casa. Defeca hasta siete veces, cada vez más líquido. En la última se le queda pegado al trasero un resto húmedo marrón. Se ve que está incómoda porque va con las patas traseras muy abiertas, como si temiera mancharse. Así que, ni corta ni perezosa, procede a limpiarse: arrastra el culo por la tierra. Yo pienso que menudo papel higiénico que tiene mi mascota: un planeta entero. El estercolero galáctico, pienso.